Lo
peor, morir en el intento atropellado por algún taxista loco de los que pueblan
Manhattan.
Lo
mejor, que después de usarlas tu estado físico te lo agradecerá.
Y para
que no te des un paseo hasta la estación de bicis más próxima y te lleves la decepción
de tu vida con el consiguiente mosqueo al ver que no hay ni una sola de ellas
en el rail, usa este mapa interactivo
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