Siguiendo las recomendaciones de familiares que viven Perú, pedimos una causa con pollo, unos tallarines al pesto con frutos del mar, un lomo saltado y unos tostones (esto último, por capricho).
La causa tenía un presentación muy esmerada y un sabor buenísimo y refrescante. Digamos que es un pastel de patata relleno de pollo condimentado (también está disponible con atún) y unas láminas finísimas de aguacate. Muy, muy rico y nada seco o pastoso, como la patata sugería inicialmente.
El lomo y los tallarines no los describo porque los podéis ver a continuación, pero os diré que como amante de la pasta que soy (go carbs, GO!), los tallarines estaban de muerte y, al contrario de loque suele ocurrir en estas ocasiones, todos los frutos de mar (camarones, calamar, pulpo y viera) sabían a fresco.
Para coronar y, más por gula que por hambre, estábamos bien llenos a estas alturas, un flan. Textura firme pero jugosa y dulce pero sin empalagar. En la línea de lo anterior, muy logrado.

Todo eso, sin vino y con propina incluida: 93 dólares. Me parece el precio justo. Todo estaba muy sabroso, los ingredientes eran de primera, el sitio tiene una decoración muy peculiar y el personales es amable y muy atento. ¡Qué no cambien por favor!
Busquen, comparen y si encuentran algo mejor, háganoslo saber, estamos deseando experimentar.
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