domingo, 9 de marzo de 2014

10 cosas que te harán parecer más Newyorker, que un Newyorker




1. En los pasos de peatones nunca esperes en la acera. Al menos pisa la primera línea del paso de cebra. Si hubiera alguien esperando antes que tú, adelántale. Como regla, siempre hay que estar delante del que más delante está, aunque eso te cueste perder 10 dedos. Tampoco los usas tanto y además tienes otros diez.

2. Cuando salgas del metro, hazlo por la puerta de emergencia aunque todos los torniquetes estén vacíos.

3. Si coges el metro en hora punta, nunca entres en el vagón y te muevas hacia los lados, quédate bien en el centro o cerca de la puerta bloqueando el paso del resto de viajeros. También aplica al autobús.

4. Nunca establezcas contacto visual mientras vas montado en el metro. Si eres de los que no puedes parar de mirar fijamente todo lo que te rodea, cierra los ojos como si durmieras. Se aplica, con mayor razón, en hora punta. Antes marearte y no saber dónde estás, que mirar a alguien que vaya a tu lado.

5. Los zapatos no se limpian jamás y se llevan, a ser posible, con un calcetín de nota discordante. Aquí los zapatos duran más tiempo, unos 66 años de media, así que no temas gastarte algo de dinero en ellos.

6. Evita invadir el espacio vital de la gente (unos 32km a la redonda de cada persona). Mejor hacer un pino puente con triple salto mortal y tirabuzón, que rozar a alguien por la calle. NO se aplica, en el metro en hora punta. En este caso puedes engancharte a las puertas del vagón y empujar con todo tu cuerpo a los del punto 3. Conseguirás entrar, créeme.

7. Si vives en Queens, no terminarás de encontrar el encanto de Brooklyn. Si vives en Brooklyn, Queens te parecerá mundano. Si vives en Manhattan, deberías estar leyendo el WSJ en vez de esto.  

8. Cuando oigas hablar de New Jersey pon cara de “¿’New…’ qué?” aunque vivas allí. Con más razón, si vas montado en el PATH.

9. Cuando llegues a la oficina no saludes. Si no lo puedes evitar, dilo muy, muy, muy, muy bajito. Resérvate el gran saludo para cuando 20min después tengas que pasar por al lado de la mesa de un compañero a coger algo de la impresora. Ahí expláyate. Puedes estar hasta 15min hablando de lo que hiciste ayer.

10. Por último, y casi lo más importante, si te hablan de algún sitio de moda en el que aún no has estado, pon cara de “¿aún vas ahí?” y responde con la descripción de un sitio el triple de idílico que el de tu interlocutor. No te cortes, no tiene por qué existir. Cuando te pregunten dónde queda: “En Brooklyn (todo lo ‘guay’ está en Brooklyn), pero luego te lo miro en Google.” A partir de aquí, evita entrar en el espacio vital de tu interlocutor en las próximas 3 semanas (ver punto 6). En ese tiempo, tu espacio idílico habrá pasado de moda y vuelta a empezar.

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